Existe el peligro de que unas pocas empresas controlen todo el negocio de “la nueva economía”. ¿Existe alternativa a esta situación?
Analizamos la situación monopolística de las empresas de internet, la intervención de la Unión Europea y las posibles soluciones a esta situación.
Efecto Líder
Las diez empresas de internet más grandes por capitalización bursátil, en Mayo de 2018, fueron, en este orden: Apple, Amazon.com, Microsoft, Google/Alphabet, Facebook, Alibaba, Tencent, Netflix, Ant Financial y eBay + Paypal.
En muchas de ellas se produce lo que podríamos llamar el “efecto líder”. Éste consiste en que cuando una empresa de internet consigue ser la mejor en su sector, acapara todo el tráfico del mismo, eliminando a los posibles competidores. Esto es así porque el volumen de tráfico es fundamental en el negocio de internet, y cuando una empresa consigue este volumen, es mucho más competitivo que sus adversarios, ofreciendo mejor servicio.
Las empresas de internet están preparadas para utilizar grandes cantidades de información. Es la esencia de su negocio. Por ello, aman el volumen. Cuanto más grande, más eficaz. Los costes fijos se diluyen.
El mejor ejemplo de este “efecto líder” es Google. Los datos dicen que el 90% de las búsquedas en internet en Europa se realizan a través de Google. Además, el gigante tecnológico ha conseguido hacerse un hueco en la telefonía móvil mediante los Smartphones Android.
El papel de la Unión Europea
Esta situación hizo a la Unión Europea intervenir. Así, desde el 2017 hasta el 2019, el organismo comunitario había castigado a la empresa de California con un total de 8.225 millones de euros.
Amazon también se enfrenta a acusaciones de monopolio por parte de la Unión Europea, ya que estaría utilizando información de sus clientes y vendedores para colocar sus propios productos.
Amazon es un ejemplo de búsqueda del volumen. Su logo incluye una flecha de la A a la Z, que indica su intención de vender todos los productos existentes en el mercado a través de su plataforma.
La intervención de la Unión Europea probablemente no está carente de sentido. Sin embargo, produce una reacción contraria en Estados Unidos. Éstos argumentan que el hecho de que no haya grandes empresas en Europa en el sector de internet, es lo que impulsa a la Unión Europea a intervenir de la manera que lo hace.
Los monopolios, como es obvio, no son positivos pues pueden llevar a un abuso de poder una vez la posición dominante en el mercado es afianzada, a través, por ejemplo, de subida de precios. Pero a través de multas tampoco parece que sea la mejor forma de luchar contra esta situación.
Las empresas Chinas de Internet
¿Cuál es la solución? Como suele ser el caso, la solución puede venir por más competencia. Ante la avalancha de empresas norteamericanas, y la inacción de la economía europea en la materia, la única alternativa puede ser la competencia de las empresas chinas.
Las empresas chinas tienen el volumen suficiente y pueden competir a escala mundial. Quizás en un futuro convivirán las empresas norteamericanas de internet con las chinas. De esta manera se conseguirá que el consumidor no se vea afectado por una posición de monopolio, aunque tenga que soportar un oligopolio.
La guerra comercial chino-estadounidense tiene, sin duda, en el control de la economía de internet uno de sus principales capítulos. Para el consumidor, será interesante que ninguno de los dos salga victorioso.
Mayor competencia
Pero no deberíamos conformarnos con una situación de oligopolio. Empresas mas pequeñas deberían también tener el derecho de entrar en el mercado y ofrecer sus servicios competitivos.
Es recomendable que el estado intervenga lo mínimo posible y que sean las propias condiciones del mercado las que lleven a esta mayor competencia. Sin embargo, en el pasado, las leyes antimonopolio han funcionado. Por ejemplo, en Estados Unidos. J. P. Morgan y Morgan Stanley en su día eran el mismo banco. Por ley tuvieron que separarse, al considerarse que tenían un volumen demasiado elevado en el sector bancario.
Sin duda, se debe luchar contra los monopolios en el sector de internet, porque, aunque en el corto plazo sus efectos pueden no ser negativos para el consumidor, en el medio y largo plazo si pueden serlo.
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