Analicemos qué pasó con el ex-presidente José Luis Rodríguez Zapatero y la economía española. ¿Cómo deben ser los indicadores de una economía? Esto es lo que ocurre si no están equilibrados.
El expresidente español Zapatero, en una entrevista hace unos años, explicaba que durante la burbuja inmobiliaria el problema había sido que todo el mundo le hablaba del déficit público (que cada vez iba mejor) y nadie le hablaba del déficit por cuenta corriente (que cada vez iba peor). Lo triste del asunto es que esto, quizás, realmente ocurrió así.
La conclusión es que con los indicadores económicos ocurre lo mismo que con los análisis médicos. Si tienes todos los análisis correctos, excepto uno, por ejemplo, el colesterol, desgraciadamente estás enfermo.
Con Zapatero casi todos los indicadores económicos eran correctos: el paro bajaba, el déficit público bajaba, el PIB crecía, pero no se dio cuenta de que el déficit por cuenta corriente crecía, el país se estaba endeudando. Esto fue lo que hizo que finalmente hubiera una crisis en el 2008.
La mayoría de los analistas económicos miran principalmente a una serie de indicadores que dan información sobre la actividad económica. Como mencionábamos antes, el crecimiento del PIB, la tasa de paro, las exportaciones. Pero olvidan otros indicadores, no habitualmente utilizados, que también son importantes a la hora de medir el desempeño económico, como por ejemplo, la igualdad.
La igualdad también se mide, y refleja el nivel de cohesión de una sociedad.
Puede haber dos tipos de igualdad económica, la de ingresos y la de riqueza. Normalmente hay mayor desigualdad en la de riqueza que en la de ingresos. En función de estos datos se puede desarrollar un sistema fiscal que tenga unas características u otras.
También hay otros indicadores relacionados con la economía que normalmente no se tienen en cuenta, como son indicadores de la contaminación, esperanza de vida, cobertura sanitaria, porcentaje de población reclusa, casos de violencia, número de suicidios, etc. Son indicadores que no se suelen considerar, pero que deberían ser tomados en serio pues reflejan el bienestar de una sociedad, son medibles, y por tanto, comparables en el tiempo.
Hay indicadores relacionados con la economía que normalmente no se tienen en cuenta, pero que deberían ser tomados en serio pues reflejan el bienestar de una sociedad.
En cualquier caso, el crecimiento es siempre considerado el indicador clave. Desde luego, en países con alto grado de pobreza, el crecimiento suele ser la vía para acabar con dicha pobreza. Sin embargo, en la crisis de 2008, un crecimiento desequilibrado, volcado fundamentalmente en el sector inmobiliario, fue lo que provocó una crisis como no se veía desde la Gran Depresión de 1929.
Del mismo modo, una economía equilibrada debe estar presente en los distintos sectores que la componen, por si alguno de ellos fallase. Los países menos desarrollados, por ejemplo, suelen estar presentes en sectores de menor valor añadido, como, por ejemplo, el turismo. Esta mayor dependencia hace que algún hecho no esperado, como un ataque terrorista, pueda tener un mayor impacto.
Otro de los puntos importantes para tener una economía equilibrada es el sector financiero. Debido a la libertad de capitales internacional vigente hoy en día, es bastante frecuente, en economías emergentes, que haya fugas de capitales extranjeros que pongan al borde de la quiebra al país.
Para evitar estas fugas de capitales extranjeros, lo primero es no depender demasiado de los mismos. Los países deberían intentar endeudarse sólo para realizar actividades que traigan retornos superiores, con los que poder devolver lo que se tomó prestado. Es decir, puedo construir un puente con endeudamiento, pero no debería pagar los gastos corrientes.
En economía, el índice de crecimiento es siempre considerado el indicador clave.
En cualquier caso, la manera de asegurar una estabilidad financiera es precisamente conseguir un equilibrio en todos los indicadores económicos que haga que los inversores tengan confianza en la economía.
El lema de las sociedades contemporáneas podría ser aquel más alto, más rápido y más fuerte griego. Prima la cantidad, el crecimiento económico, frente a otros conceptos como el equilibrio. Pero una economía desequilibrada, puede llevar, como en el 2008, a una crisis financiera, que tomando las medidas adecuadas, es posible de evitar.