En este artículo repasamos la estructura de la financiación del plan de recuperación para Europa, y como afecta a España.
Los Estados miembros de la UE aprobaron en Julio de este año un acuerdo sobre el Plan de Recuperación para Europa, dirigido a la reparación de daños económicos y sociales ocasionados por la pandemia. Este plan tiene una asignación de 1,074 billones de euros.
Los recursos se repartirán atendiendo a los países que están más afectados por la crisis, por lo que España será el segundo más beneficiado, con una asignación total de en torno a 140.000 millones de euros. De esta cifra, 72.750 millones se recibirán en forma de transferencias directas, y el resto de los recursos, en forma de préstamos.
Se ha transmitido a la opinión pública, erróneamente, que los 72.750 millones que se recibirán en forma de transferencias directas, son subvenciones venidas de Europa, en forma de maná llegado para salvar la economía española, y esto, por desgracia, no es así.
Sin duda España se verá beneficiada por estos fondos que serán de gran ayuda a la economía, pero estos fondos provienen del propio presupuesto de la Unión Europea, que se deberá nutrir de las contribuciones de cada uno de los países miembros.
Según las primeras proyecciones de reparto publicadas por la Comisión Europea para el marco presupuestario de la UE para el período 2021-2027 (período que abarca el plan de recuperación de Europa), España tendrá que aportar unos 11.950 millones de euros cada año. Estas cifras están sujetas aún a negociación, pero demuestran que el dinero que recibe España de la UE, será en parte el importe que aporta al presupuesto.
No se puede negar que la parte de fondos que recibirá España en forma de préstamos se obtienen a un tipo de interés mucho mas bajo que si acudiera directamente a los mercados. De hecho, probablemente, si acudiera a los mercados éstos no suscribirían las peticiones que pudiera realizar España.
Como no puede ser de otra manera el dinero no llueve del cielo, y, cuando se miran en detalle las cuentas, nos damos cuenta que las asignaciones económicas, que sin duda son positivas para España, vienen en forma de préstamos que habrá que devolver.
El presupuesto de la Unión Europea ha previsto ciertos mecanismos para incrementar los ingresos del presupuesto europeo y que, consecuentemente, la contribución de los estados miembros sea menor. Pero estos mecanismos no son si no incrementos de impuestos como un impuesto digital o un impuesto sobre las transacciones financieras, que aún están por concretar.
En cualquier caso, el plan de recuperación para Europa es una gran oportunidad para España porque podría financiar la reestructuración de la economía del país, haciéndola más competitiva y resiliente en el medio y largo plazo.
Pero para ello es necesario realizar las inversiones correctas y de la manera adecuada. Recientemente se han aprobado 10.000 millones de euros para la industria del automóvil, que sin duda es una industria importante para nuestro país.
Pero también es verdad que ninguna de las grandes empresas que forman parte de este sector es española, por lo que, si dichos fondos se concedieran en forma de subvenciones a empresas, por ejemplo, alemanas, se podría dar la paradoja de que la financiación llegada de Europa terminara finalmente en las manos de las empresas de aquellos países que avalan la financiación.
Desde luego nadie regala duros a cuatro pesetas, pero es importante que la opinión pública sepa cuáles son los asuntos de importancia que están en juego con El Plan de Rescate Europeo y que se negocie a favor de los intereses de los ciudadanos.