La irrupción del Covid-19 en la economía fue de un impacto brutal, hasta tal punto que ocurrieron cosas nunca vistas, como que el precio del petróleo llegase a ser negativo.
Muchos economistas intentaron adivinar qué ocurriría económicamente hablando durante la pandemia, incluído el que escribe este artículo. En muchas cosas se acertó y en otras hubo equivocaciones.
Los economistas, se dice, describen las cosas una vez que han pasado, y aún así, muchas veces se equivocan. ¿Qué ha pasado con el covid-19 y la economía?
Sin duda alguna, hubo un parón en la economía debido al Covid-19, a pesar de que se permitió, o se obligó, a trabajar a aquellos trabajadores que tenían trabajos de primera necesidad.
Ante este parón, las principales economías del mundo siguieron programas de endeudamiento para evitar la quiebra de muchas de sus empresas. Programas como el de los ERTE en España, financiado por el estado, buscaron que no se produjeran despidos masivos. Estos consiguieron su objetivo, pero se tuvieron que implementar QEs (o compra de deuda por parte de los bancos centrales) para financiar dichos endeudamientos.
Se intentó que estos programas de ayuda fueran para empresas viables que se estaban viendo afectadas por el covid-19 y no para empresas que no eran viables en cualquier caso. En España, sin embargo, parte de esa financiación fue utilizada por algunas empresas para renovar deuda antigua.
El arranque de la economía tras un parón prolongado, que trajo altas cifras de crecimiento, hizo que volviera a la escena económica la inflación. Con un shock de oferta, la economía no era capaz de afrontar la alta demanda y los precios se dispararon.
Los bancos centrales subieron los tipos de interés y, aunque todavía no se puede asegurar, todo apunta a que finalmente la inflación está bajo control y que estas políticas de los bancos centrales han tenido un efecto positivo.
Algunos sectores de la economía, como las líneas aéreas, uno de los más afectados, han salido de la crisis del Covid 19 bastante endeudados, endeudamiento en el que tuvieron que incurrir para salvar la situación de dificultad en la que se encontraron.
Los bancos centrales no sólo han subido los tipos de interés. También han implementado una política de QT, para dar marcha atrás a los grandes QE que implementaron. Esta doble política ha creado problemas a los bancos comerciales. Hubo un amago de crisis financiera con el Silicon Valley Bank y otros bancos medianos en Estados Unidos y el Credit Suisse en Europa. Ambos se salvaron como se salvan las crisis financieras, con la intervención de los bancos centrales y con la compra del Credit Suisse por otro banco más solvente, el UBS.
Pero, ¿y ahora qué? Todo indica que volveríamos a la situación previa a la pandemia, con un crecimiento bajo y con la política monetaria no convencional de los bancos centrales en vigor. Habría pasado el susto, pero estaríamos igual que estábamos antes, excepto que con un mayor endeudamiento.
Hay que decir que la reacción de la sociedad ante el covid-19 ha sido digna de elogio. Ante un evento como la pandemia, muchos trabajadores han sido auténticos héroes, y las empresas han reaccionado de una manera encomiable. Se han desarrollado métodos de trabajo, como el teletrabajo, que puede que perduren en el tiempo.
Pero la vida continúa, y los problemas previos a la pandemia siguen ahí, si no es que han aumentado, sobre todo los relacionados con las políticas de los bancos centrales que se vieron obligados a tomar tras la crisis del 2008.