Analizamos las distintas facetas de la intervención del estado en la economía, como son la intervención en los mercados y la iniciativa empresarial. No nos olvidamos del ejemplo de China en este aspecto.
Uno de los debates entre la izquierda y la derecha, desde el punto de vista económico, es cuál debe ser la intervención del estado en la economía. La izquierda está a favor de la misma, mientras que la derecha está a favor del libre mercado y de la no intervención del estado.
Como en la mayoría de las cosas el debate no es tan sencillo como en un principio podría aparentar y éste se podría dividir en varios aspectos.
Intervención de los mercados
En primer lugar, se puede valorar la intervención en los mercados. El principio de oferta y demanda rige en la economía capitalista, frente al de la planificación de la economía comunista. Sin embargo, incluso en la economía capitalista existe intervención en algunos mercados, como el mercado laboral.
Salario mínimo, despido con indemnización, regulación de las horas de la que se compone la jornada laboral, son algunas de las normas de intervención estatal que rigen el mercado laboral. La intervención estatal en los mercados no debe ser vista, pues, como tabú.
Una economía demasiado planificada, o que intervenga demasiado en los mercados, haría que la asignación de los recursos no se hiciera en función de lo que necesita la población, sino de lo que piensan unas personas que pueden estar alejadas de la realidad.
La intervención de los mercados se debería hacer sólo en aquellos que se puedan considerar como estratégicos y tras comprobar que no producen desajustes.
Iniciativa Empresarial
Otro de los aspectos de la intervención del estado en la economía es el de la iniciativa empresarial. Ésta normalmente recae en el ámbito privado, pues éste es el que arriesga sus recursos en un proyecto, lo que hace que se vigile al máximo su eficiencia y viabilidad.
Sin embargo, hay ejemplos donde ha sido la iniciativa pública la que ha llevado a cabo proyectos empresariales. Un ejemplo, es el del INI en España, creado para el desarrollo industrial en España y que entre 1941 y 1980 constituyó de hecho el grupo empresarial más grande de España. Si bien, algunas de las empresas creadas, finalmente no fueron rentables.
En Estados Unidos, donde el capitalismo tiene su mayor desarrollo, también ha habido iniciativas empresariales que han tenido su origen en proyectos públicos. Así ocurrió, por ejemplo, con Internet, que tuvo un origen militar, con la investigación espacial y la NASA y con la investigación del genoma humano.
En general, el estado debería asumir aquellos proyectos que la iniciativa privada no puede abarcar, teniendo siempre en cuenta el peligro que supone la potencial asignación de recursos de manera no eficiente que puede conllevar este tipo de proyectos.
China
Es interesante también tener en cuenta el caso de China, economía que combina rasgos comunistas con capitalistas, donde la intervención del estado es bastante importante. En principio China ha conseguido pasar de ser una economía del tercer mundo hace cincuenta años a convertirse en una de las más avanzadas en la actualidad.
Sin duda la planificación estratégica de la economía ha tenido una influencia importante, donde se ha intentado desarrollar, por ejemplo, una tecnología propia no dependiente en su totalidad de empresas foráneas.
Redistribución de la riqueza
La intervención del estado debe tener un cierto afán de redistribución de la riqueza, cómo defiende la izquierda, y de fomento de la igualdad de oportunidades. Esto se puede conseguir a través de la sanidad y de la educación, sectores en los que la influencia pública puede ser mayor ya que en los mismos no se busca un lucro económico directo. Aunque, por supuesto, en estos casos también se debería buscar una colaboración con el sector privado.
Es de destacar que el estado debería siempre tener una actitud “business friendly” o de colaboración con el sector privado, ya que éste es el que en muchos de los casos genera la riqueza que más tarde se puede redistribuir.
En definitiva, la intervención del estado en la economía es deseable, siempre que se haga con la intención de apoyar a la misma, fomentarla y desarrollarla, y no de asfixiarla, como podría significar una intervención exagerada.