En 2020 se produjo el mayor aumento de la deuda en un año desde la Segunda Guerra Mundial. La deuda mundial aumentó 28 puntos porcentuales, a 256% del PIB, según la última actualización de la base de datos del FMI sobre la deuda mundial.
Esta deuda incluye todos los tipos de deuda: deuda pública, deuda de hogares y deuda empresarial no financiera.
Covid-19 y el parón económico
Evidentemente la pandemia del covid-19 ha hecho que la deuda aumente. Este ha sido el caso especialmente en los países avanzados con la deuda pública. Los gobiernos de estos países han tenido que utilizar la deuda pública para hacer frente al parón económico que significó el coronavirus. Así, por ejemplo, la figura de los ERTEs en España, necesariamente hace que el gasto público aumente, pues el coste de los empleados corre a cargo del estado.
Otro punto relevante en cuanto al incremento de la deuda es que, también en los países avanzados, mucha de esta deuda la compran los bancos centrales, es decir, es un déficit que se monetiza. Esto suele crear inflación en el largo plazo, como se ha visto en múltiples ocasiones en países del tercer mundo o en vías de desarrollo. La duda es si esta política también generará inflación en los países desarrollados.
Actualidad
Actualmente ha habido un repunte de la inflación en EE.UU. y en la Unión Europea, pero aún está por ver si es debido a causas monetarias, es decir, a la compra de la deuda pública por parte de los bancos centrales, o a causas económicas producidas por la pandemia, como son los cuellos de botella de los suministros. En cualquier caso, la cuestión es si esta inflación es temporal o estructural.
Uno de los problemas de la deuda es que si los tipos de interés suben, se hará más difícil pagar la misma, lo que podría llevar a una cadena de impagos. Los tipos de interés están previstos que suban durante este año en EE.UU. debido precisamente a esta inflación que comentábamos.
En cualquier caso, lo que es incuestionable es que la deuda neta es siempre cero. Es decir, si el estado debe dinero, éste se lo debe a alguien. Si restamos los que deben a los que le deben el resultado es cero. Esto quiere decir que hay un grupo de ciudadanos a los que le deben el 256% del PIB mundial.
Por tanto, el que haya deuda elevada no significa que el mundo sea más pobre, ya que hay un porcentaje de ciudadanos a los que se le debe esa riqueza. Lo que sí significa es que hay un dinero que en vez de ir a proyectos de inversión productivos, se invierte en deuda, que en principio es de menor riesgo y productividad.
El que la deuda sea tan alta también quiere decir que puede haber un aumento de la desigualdad. Siguiendo el mismo argumento, al subir la deuda, aumenta el número de personas que deben dinero y también el número de personas a los que se le deben dinero. Por tanto, aumentaría la desigualdad.
En definitiva, el aumento de la deuda no es ni bueno ni malo. Las economías necesitan de las deudas para funcionar. Por ejemplo, sin deuda sería muy difícil que los ciudadanos se pudieran comprar una vivienda. Del mismo modo, sin deuda las empresas no podrían funcionar.
Sí es quizás preocupante la compra de la deuda por parte de los bancos centrales, porque eso significa crear dinero ficticio. Y, como en la mayoría de los indicadores económicos, siempre es necesario un equilibrio que, quizás, con la magnitud del aumento de la deuda, se esté desbocando.