Mucho se ha hablado de que el tapering (o reducción en la compra de bonos sumado a una subida de tipos) provocaría un efecto positivo para contrarrestar la inflación. Se ha comentado erróneamente que el tapering es una reversión de la política de estímulos. Básicamente el tapering consiste en seguir comprando bonos reduciendo la velocidad de compra de los bonos. Pero no es un endurecimiento quántico de la política monetaria ni restrictiva. Ya que se sigue con el proceso de compra de bonos y no se retiran los estímulos, se moderan. Por lo cual nada cambia y, por lo tanto, las probabilidades de que la subida de tipos sumado al tapering tenga algún efecto en la inflación sea muy limitado.
Lo cierto es que los QE o Quantitative Easing han creado tal nivel de depósitos que se necesita un nivel de tipos de interés elevado y una política monetaria muy restrictiva que drene el exceso de depósitos creados por las QE.
Ante la pregunta de por qué un tapering con subidas de tipos no fuera suficiente para contrarrestar la inflación y qué tiene que ver el exceso de depósitos en esta ecuación, la explicación viene a ser que, ese exceso de depósitos provoca tal nivel de exceso de depósitos en los balances de los bancos que hace que no sea atractivo competir por depósitos minoristas. Y por lo tanto no transfieren las subidas de tipos a los rendimientos que ofrecen las cuentas minoristas por mantener depósitos en ellas. Eso provoca que la gente siga muy predispuesta a seguir gastando en vez de ahorrando y por lo tanto la inflación no va a ser contenida. Mientras los bancos centrales siguen imprimiendo ya que no venden bonos, solo reducen la compra de bonos.
En la imagen se aprecia como la última subida de tipos, sumado a un leve endurecimiento quántico fue suficiente como para que esa subida de tipos se transfiriese a cuentas minoristas. Y por lo tanto, no se transformase en un control de la inflación, que de por si estaba contenida por ese exceso de reservas bancarias o depósitos creados por las QE.
En una palabra, la inflación no se reflejaba en los precios porque la tecnología había sido lo suficientemente efectiva para contener costes, y el exceso de depósitos impiden que la política monetaria más los ajustes hedónicos permiten manipular la percepción de la inflación oculta. Mientras se intenta mantener el sistema colapsado a flote. Lo cierto es que la distorsión monetaria muestra cuan frágil es el sistema monetario en el que vivimos. Y eso es lo que pasó el 17 de septiembre con el colapso repo del que seguimos arrastrando problemas.
Como se ve en la figura, el endurecimiento quántico que se aprecia como una reducción o venta de bonos en el balance de la FED, más la subida de tipos no fue lo suficientemente fuerte como para empezar a normalizar la política monetaria. Es decir, no consiguieron regularizar una anomalía ultra expansiva monetaria, pero sí que generó el evento que acabaría por desencadenar el colapso de un sistema monetario totalmente ultra frágil: el conocido como repocalipsis.
El 17 de septiembre de 2019 el sistema monetario colapsó y los tipos de repositorios a un día se disparaban, por desconfianza de los bancos entre sí y falta de liquidez a corto plazo. El sistema se paraba y la FED desde entonces se comporta como prestamista de última instancia. La situación no se ha normalizado desde entonces. Este evento como efecto mariposa desencadenó otros efectos amplificados que han tenido reflejo en una inflación disparada con el reflejo de los precios subiendo de forma sostenida.
Ante el derrumbe de todo el sistema monetario, los bancos centrales han estado usando como excusa una pandemia que todos estamos sufriendo, para intentar sostener el sistema a flote y evitar la desaparición de todo el crédito que circula en la infraestructura fíat. Es por ello que el virus le está sirviendo como excusa para cometer todo tipo de disparates monetarios para sostener el sistema hasta la transición a las CBDC o divisas digitales de los bancos centrales. Que les permitirá mantener el control absoluto de todas las facetas económicas-sociales, con tal de no perder el estatus que llevan manteniendo los oligarcas financieros que componen bancos centrales, gobiernos, fondos, familias financieras, bancos, …
Para qué se van a preocupar de la inflación si al final pueden crear el sistema económico-social que le permita controlar cualquier conducta humana. Aunque ello conlleve conducir a la pobreza, escasez y sufrimiento en la salud a miles de millones de personas, mientras puedan mantener su status social y mejorarlo. El fin justifica los medios.
Es por ello que si de verdad quisiésen arreglar el problema monetario y de inflación, harían un endurecimiento cuántico muy agresivo con una subida de tipos muy agresiva muy similar a la de Volcker. Pero eso conllevaría que su economía financiera o su estatus se viera colapsado en favor de la economía real o de aquellos que consideran como un medio prescindible para lograr sus objetivos de agenda 2030.
Excelente artículo. Este responde perfectamente a la pregunta del título.