Repasamos la figura de Keynes, uno de los economistas más importantes de la historia y que más influencia ha tenido en las políticas de los gobiernos a nivel mundial.
John Maynard Keynes fue un economista británico nacido en el año 1883. Además de sus aportaciones teóricas, que cambiaron la teoría macroeconómica del siglo XX, desempeñó múltiples cargos de influencia en el mundo económico. Fue profesor en la Universidad de Cambridge, alto funcionario de la Administración británica, negociador oficial en nombre del Reino Unido en múltiples ocasiones y ocupó altos cargos en el sector privado.
La principal novedad de su pensamiento radicaba en considerar que el sistema capitalista no tiende al pleno empleo, lo que lleva a una apuesta por la intervención pública directa en materia de gasto público para cubrir este déficit.
El sistema capitalista puede no utilizar al cien por cien los recursos de la economía por varias razones, según Keynes. Por ejemplo, por el hecho de que lo ahorrado por los consumidores no coincida totalmente con lo invertido, manteniéndose en el bolsillo como una reserva líquida. Otra razón puede ser porque si la demanda de un sector baja y se crea desempleo, estos puede que no se puedan reconvertir para otros sectores, o el coste de hacerlo sea demasiado alto. En definitiva, el estado, a través del gasto público y de la deuda, es decir, sin quitar ingresos a los ciudadanos a través de los impuestos, debe compensar estos fallos del mercado.
Varias son las críticas que se hacen a estos planteamientos. En primer lugar, está la sostenibilidad de este modelo. Si la deuda pública aumenta en el tiempo, al final se hará incontrolable.
Además, queda la cuestión de la eficacia. Un gasto controlado por el estado corre el riesgo de ser más ineficaz que el que sigue las reglas del mercado y además puede generar un servicio o productos no necesarios.
En cualquier caso, las teorías keynesianas han sido aceptadas ampliamente y sobre todo por la socialdemocracia y la izquierda más radical. Sin embargo, Keynes era un firme defensor del capitalismo y crítico del comunismo, además de pertenecer al partido liberal británico, por lo que muchas ideas consideradas “keynesianas” no pertenecen realmente a su modelo.
Las ideas keynesianas fueron puestas en práctica por primera vez con el “new deal” de Roosevelt en la Gran Depresión. Durante la Gran Depresión quedó demostrado que el capitalismo no podía sostenerse solamente por el mercado, que éste tenía fallos.
Para aumentar la demanda se recurrió a las teorías keynesianas, pero existe la polémica de si éstas realmente funcionaron, ya que no fue hasta la llegada de la Segunda Guerra Mundial, que la economía estadounidense se recuperó.
La doctrina keynesiana dominó la escena política-económica desde el fin de la Segunda Guerra Mundial hasta principios de los años 70, años en que la economía experimentó unos crecimientos sin precedentes en la historia.
Sin embargo, en la década de los 70 surgió la estanflación, (nulo crecimiento combinado con inflación), lo que hizo que las teorías de Keynes fueran puestas en duda y se hiciera una revisión de las mismas.
Hoy en día el modelo keynesiano ha vuelto a estar en boga debido a la importante intervención del estado en la economía tras la Gran Recesión de 2008 y el impacto de la pandemia del Covid-19.
De nuevo da la impresión de que se defienden medidas inevitables, donde el estado salva las imperfecciones del mercado, pero donde se pone en duda su sostenibilidad en el futuro.