En su libro “Capitalismo Progresista” Joseph Stiglitz nos habla de las consecuencias que puede haber cuando existe lo que él llama “poder de mercado”, que podemos llamarlo abuso de poder de mercado, para entendernos mejor.
Según Stiglitz, este abuso de poder de mercado en nuestras economías más sofisticadas cada vez se da más y genera lo que él llama “rentas”, que son transferencias de riqueza que no aumentan la tarta de riqueza global, sino que generan desigualdades dentro de la sociedad.
Un ejemplo de este abuso de poder lo describe con el modo en que funcionan las patentes. En un principio las patentes se crean para defender a los investigadores que habían hecho un descubrimiento. Hoy en día, un producto innovador requiere de miles de patentes. Es muy difícil que un pequeño investigador no se enfrente a alguna patente ya existente a la hora de innovar. Las grandes multinacionales poseen departamentos enteros de patentes y pleitear contra una multinacional por un tema así es batalla perdida. Por ello las patentes pueden servir para acentuar la situación de abuso de poder de mercado.
Otro ejemplo que da Stiglitz es el de las fusiones preventivas. Grandes multinacionales compran pequeñas empresas con gran potencial de crecimiento, para eliminar lo que puede ser más adelante un potencial competidor.
Según Warren Buffet, la empresa mejor posicionada es la que tiene un foso metafórico alrededor que impide la entrada de competidores. Un buen gestor, es el que hace que este foso sea cada vez mayor.
Existen leyes antimonopolio, pero muchas de estas no están preparadas para las nuevas formas de abuso de poder de mercado.
Pero, ¿cuál es la situación en España? ¿Tiene esto algo que ver con lo que se conoce como “capitalismo de amiguetes”?
Las conexiones políticas en España hacen que se tomen decisiones que pueden favorecer a empresas con esta posición de poder de mercado. En estos días hemos leído como la SAREB, el banco malo español, va a pasar a ser un 100% posesión del Estado, y que recientemente, 35.000 millones de deuda de la SAREB han tenido que ser contabilizadas como deuda pública.
Todo parece ser debido a que los costes a los que asumió el banco malo los activos tóxicos de los bancos fueron demasiado altos, por lo que, los que vendieron, tuvieron que hacerlo a pérdida. Todo esto sin tener en cuenta los que probablemente queden por vender.
Se habla también mucho de las puertas giratorias, sobre todo en el sector de la energía. Estas puertas giratorias muestran las conexiones políticas de estas empresas, cuando en una economía donde no haya abuso de poder de mercado, la política no debería intervenir directamente en la gestión de mercados tan regulados como éste.
Estos ejemplos de potenciales abusos de poder de mercado repercuten finalmente en aquellas actividades que realmente si que generan riqueza. Todas aquellas personas que trabajan en sectores que generan “rentas”, según el concepto de Stiglitz, estarán drenando recursos de aquellas actividades que realmente aumentan la tarta global de la riqueza.
Según Luis Garicano, “El capitalismo español se rige por una peculiar “ley del embudo”, que favorece a la empresa bien conectada y ofrece el camino más estrecho y lleno de espinas a los verdaderos emprendedores”.