El tejido empresarial de un país es la clave para entender cómo funciona la economía de ese país. Si en un país hay muchas empresas competitivas, sin duda la economía del país funcionará mejor que si éstas no lo son.
La mejor manera de conseguir que las empresas sean competitivas es fomentar la competencia en los mercados del país en cuestión. En cierto modo, se obliga a las empresas a adaptarse o desaparecer.
Sin embargo, los gobiernos se encuentran en muchos casos ante la duda de si deberían ayudar a ciertas empresas en situaciones de crisis, por ser éstas “demasiado grandes para caer”. El caso más representativo es el del rescate a la banca de la crisis del 2008.
En este caso, los gobiernos del mundo optaron por ayudar al sector financiero, ya que una quiebra de dicho sector hubiera llevado a una posible quiebra del sistema en general.
Sin embargo, existen otros casos donde se realizan ayudas a empresas que dan un poder de mercado a las mismas que hacen que sea perjudicial para los consumidores. Un ejemplo puede verse en el sector audiovisual en España.
Para favorecer a las cadenas privadas de televisión, la cadena de televisión pública restringió la cantidad de publicidad que realiza, dejando que la “tarta de publicidad” se repartiera entre las cadenas privadas.
Es cierto que la cadena pública tenía una ventaja competitiva pues contaba con el apoyo del presupuesto del estado. Pero también es cierto que las cadenas privadas sabían en qué condiciones competían cuando les fue concedida la licencia para operar.
Además, en este mismo sector, se permitieron fusiones que probablemente iban en contra de la libertad de mercado. Este ejemplo es aún más importante si tenemos en cuenta la relevancia política que tienen las cadenas de televisión. Las ayudas por parte del estado a estas empresas seguramente serán devueltas con favores políticos.
La pandemia es un ejemplo de otra situación donde los gobiernos se enfrentan al dilema de ayudar o no a las empresas en dificultades. En este caso, el gobierno, a través principalmente de incrementar la deuda pública, ha ayudado no sólo a las empresas, sino también a los trabajadores, por lo que se podría ver justificada esta ayuda.
La mejor manera, sin embargo, en que los gobiernos deben ayudar a las empresas es a través de crear mercados competitivos donde éstas puedan crecer y desarrollarse, y poder tener éxito a nivel internacional.
Un ejemplo en España puede ser el sector textil, donde en los últimos años ha habido una fuerte competencia, que ha hecho que hubiera empresas de éxito internacional como Inditex.
Sin duda hay situaciones excepcionales donde el gobierno debe ayudar a las empresas, si estas se ven influidas por circunstancias que hacen peligrar su existencia y el interés de un país. Sin embargo, el gobierno no debería permitir que existieran empresas que vampiricen los mercados y que gracias a una posición de ventaja competitiva obtengan resultados que perjudiquen a los consumidores, a los ciudadanos y que a la larga hagan que sean menos eficientes y competitivas.