¿Qué es una BURBUJA INMOBILIARIA?
La burbuja inmobiliaria es un símil con la burbuja de jabón, que se utiliza para describir la situación en que los precios de los activos inmobiliarios (viviendas, locales, oficinas, etc.) suben como la burbuja de jabón para explotar de repente y bajar pronunciadamente. Se puede decir, por lo tanto, que es una subida artificial de los precios que no son sostenibles en el tiempo.
Actividad Inmobiliaria
La actividad inmobiliaria depende mucho de los tipos de interés, ya que tanto la construcción de vivienda como su venta ha de ser financiada por los bancos. La mayoría de los ciudadanos compran su vivienda a crédito, pues no tienen el dinero para pagar la vivienda al contado, por lo que deben pedir el dinero al banco, cuyo coste viene dado por el tipo de interés.
De esta manera cuando bajan los tipos de interés la actividad inmobiliaria sube, pues es más barato comprar y construir una vivienda.
En enero de 2001 los tipos de interés en Estados Unidos (siempre se toma a Estados Unidos como país de referencia al tener la economía más grande del mundo) estaban en el 6%. Estos empezaron a bajar hasta llegar al 1% en junio del 2003. Los tipos se incrementaron desde entonces ligeramente, pero la burbuja inmobiliaria ya era imparable.
El crédito fluyó al sector financiero de manera exponencial, y al incrementarse el dinero que entraba en el negocio inmobiliario, se incrementaba, por la ley de la oferta y la demanda, el precio de los activos financieros.
En el momento en que el crédito dejó de entrar en el sector inmobiliario se produce el estallido de la burbuja.
El primer paso del estallido es que los promotores y constructores dejan de recibir el crédito para seguir construyendo. Además, se paraliza el crédito para comprar vivienda. Es lo que en inglés se llama “Credit Crunch” (parón de crédito).
Efectos de la Burbuja Inmobiliaria
La construcción tiene un efecto multiplicador en la economía. Cuando se construyen viviendas, el dinero fluye también a otros sectores. De la misma manera cuando la construcción se para, el resto de la economía sufre.
El estallido de la burbuja hizo que la economía se ralentizase, con lo que la construcción se paró de golpe, y muchos ciudadanos endeudados no pudieron pagar sus deudas. Los bancos estaban en una situación muy complicada.
Quebró Lehman Brothers, o mejor dicho, se dejó que quebrara. Se le dejó quebrar, principalmente, porque no era un banco normal. Era un banco de inversión donde tenían sus ahorros no ciudadanos de a pie, sino grandes inversores.
A los bancos comerciales no se les dejó quebrar, porque podrían producir un pánico financiero de consecuencias insospechadas. La manera de evitar su quiebra fue a través de la intervención de los bancos centrales, a través de “imprimir dinero” para los bancos. (Simplificando).
Ésta, sin embargo, es una solución temporal, pues hace que la salud monetaria de la economía no sea buena, pues el dinero en circulación debe corresponderse con la actividad económica y no con las necesidades financieras de una economía para que no quiebre.