Balanza por cuenta corriente
La balanza por cuenta corriente es un apartado dentro de la balanza de pagos y recoge las operaciones reales y de rentas que se producen entre los residentes de un país y el resto del mundo en un período de tiempo dado.
La balanza por cuenta corriente se subdivide en cuatro balanzas básicas:
- Bienes: compra y venta de mercancías.
- Servicios: por ejemplo, turismo y viajes, transporte, comunicaciones, construcción, seguros, servicios informáticos.
- Rentas: los ingresos son las rentas percibidas por los propietarios de los factores (trabajo y capital) empleados en el extranjero, mientras que los pagos son las rentas que se envían a extranjeros propietarios de factores productivos empleados en nuestro país.
- Transferencias.
La balanza de pagos incluye todas las transacciones que se realizan en un país con el resto del mundo. Incluye la balanza de cuenta corriente, la cuenta de capital y la cuenta financiera. Su saldo es siempre cero, por lo que, si existe un superávit en alguna de las tres cuentas citadas, existirá también un déficit en alguna de las otras dos para compensarlo.
Un desequilibrio por cuenta corriente no es en sí ni bueno ni malo, de modo que en ocasiones puede ser interpretado como beneficioso para el país en cuestión, mientras que en otras se considerará perjudicial, dependiendo de las circunstancias económicas concretas del país.
Ejemplo de España
Es interesante analizar cómo ha evolucionado la balanza de pagos de un país como España, para comprender la información que esta balanza da sobre la economía de un país.
España tradicionalmente tiene más importaciones que exportaciones de mercancías. Uno de los factores que hacen que esto sea así es que al estar en el euro la moneda no se devalúa automáticamente, ya que hay otros países, como Alemania, que exportan más que importan, y hacen que el euro se aprecia. A parte de la posible menor productividad de la economía española.
En cuanto a la balanza de servicios España suele tener un saldo positivo, debido a su pujante sector de servicios. Esto hace que la balanza por cuenta corriente esté más equilibrada.
Es interesante ver que en la época de la burbuja inmobiliaria España tenía un enorme déficit de la balanza comercial que en la balanza de pagos se compensaba con un superávit en la cuenta financiera, lo que indicaba que gran cantidad de dinero extranjero estaba entrando en España para, en este caso, financiar toda la actividad del sector inmobiliario. Dinero que cuando dejó de entrar, produjo el estallido de la burbuja inmobiliaria.